Crítica de la película War Horse por William Munny

La presencia de Steven Spielberg entre este año y el año que viene parece algo absolutamente inminente con la película de Las aventuras de Tintín y el secreto del unicornio, y la película que trato de precriticar y presentar ahora, War horse. Aunque el título podría penar en el peor cine de acción, puedo asegurar que se trata del estilo caramelo de Spielberg cien por cien, incluso con ganas de asaltar los Óscar del año que viene.

I Guerra Mundial, antes no tratada por él, un caballo, una infancia, un actor debutante y la novela de Michael Morpungo como base para un guión que de nuevo va a tratar de encandilar al más puro estilo del director de La guerra de los mundos. No quisiera hablar de ñoñez, pero sí es cierto que le gusta ser tierno para con sus personajes consiguiendo que caigan simpáticos a sus espectadores hasta la lágrima si hiciera falta. No me importa mientras nos ponga la cámara como siempre lo hace de manera absolutamente magistral, y encima rellene con banda sonora de ensueño una historia que de épica en lo romántico probablemente se pase. Pero esto no va a evitar que me acerque a la sala.

Es muy posible que los nuevos tiempos del cine no le favorezcan y por ello, como en El reino de la calavera de cristal, su aire melancólico y humorístico de héroe a la antigua ausanza, no terminen por enamorar del todo aunque se acepten sus méritos en taquilla, por lo que es posible que esta película no sea redonda, adoleciendo precisamente de él mismo, del espíritu Spielberg, espíritu que los nuevos espectadores de joven edad no aprecian de la misma manera que los vividores de los años 80 y 90. Correcta, con ritmo, de esas de sobremesa para todos los públicos pero lejos de la malicia de los nuevos tiempos.