Lo cierto es que hablar sólo de los
proyectos cinematográficos de Spike Lee es dar sólo una visión muy
sesgada de sus últimos trabajos, entre los que hay mucha televisión,
documentales, series... Con todo, si nos limitamos a lo que llega a
las salas, se puede decir que el director se encuentra en una etapa
diferente, con un cine, si se quiere, más comercial, aunque de gran
calidad. La última noche, Plan oculto y Miracle at
St. Anna se han separado bastante de su viejo estilo, tan apegado
al barrio, a los personajes que charlan en las calles de Nueva York,
y en general a la comunidad negra actual de clase media-baja. Un cine distinto, ni mejor ni peor, simplemente con otras maneras y otros intereses. Pues
bien, ahora, justo antes de ese posible gran proyecto comercial que
es el remake de Oldboy que seguirá esa nueva estela, se
permite volver a sus raíces con esta película.
Un cine más independiente, sin estrellas en el reparto - tenemos en uno de los roles principales a Clarke Peters (el detective Lester Freamon en The Wire) . No en vano,
se presenta en la sección Premieres del festival de Sundance estos
días. Una historia alejada de las grandes tramas, sobre gente del
barrio. Un choque de culturas entre Brooklyn y Atlanta, que servirá
al director para mostrar algunas cuestiones sociales de la verdadera
América. Una historia sobre la ética, el camino recto, la
hipocresía. Evidentemente, Lee se moverá como pez en el agua, y
quizá, esta reciente etapa suya pueda aportar nuevos colores a su
realización y al tratamiento del guión. Veremos.