La indiscutible capacidad de Oliver para hacer de cualquier película, si esa es la premisa que busca, un enorme ejercicio de montaje, puede que en esta apuesta no sepa a tanto. Seguramente desbordado por la idea de reflejar el fatídico suceso, la historia y lo que representa en su país habrán podido con todo eso, y aunque lo utilice, terminará por apoderarse del todo del film.
Seguro que es una película de admiración, llena de respeto y sobre todo analizando el sacrificio de esos rescatadores, pero en el fuego de artificio se van a involucrar demasiados sentimentalismos, que ni la colocarán como película de acción, ni como película dramática a seguir. El actor elegido para transmitir es el idóneo, Nicolas Cage, pero me va a sonar todo a demasiado preparado para que caigan bien las imágenes. Muy correcta, demasiado, perdiendo verosimilitud en cuanto a los personajes y no tanto a los hechos en sí.