Contaba Arnaud Desplechin que le gusta
utilizar subgéneros muy concretos y después pervertirlos. Ese era
el caso de su película Un cuento de Navidad. Parece que Bent
Hamer ha pensado lo mismo. Nos cuenta el clásico cuento
navideño, sobre buenas obras, sobre la nostalgia del hogar, la
familia, etc. Llega más lejos, incluyendo referencias bíblicas
navideñas (la pareja a punto de tener un niño alojada en una cabaña
en el bosque; la estrella avistada por la chica musulmana. Sin
embargo, emplea un tono depresivo y una fotografía muy oscura que no encajan para nada dentro del formato habitual.
Aplica también la ya clásica estructura
de historias paralelas, lo que, como siempre, da una agilidad mucho
mayor a la película. Historias de desarrollo original, a veces
sorprendente, a veces atrevido, casi siempre emotivo. Nos cuenta su
historia navideña al estilo del habitual drama nórdico, con
individuos perdidos en la soledad de una noche nevada. Da algunas
pinceladas de su particular sentido del humor aunque tampoco se
excede.
Una buena película, amena y emotiva.
La cara más interesante del cine navideño.