Parecía que Robin Williams había empezado a encauzar su carrera. Películas como Insomnio o la no tan interesante La memoria de los muertos y, sobre todo, Retratos de una obsesión conformaban el que era un camino por el cual el actor podía participar en proyectos de cierta calidad.
Sin embargo, la buena racha no ha durado mucho y el actor ha vuelto, no a sus peores momentos, sino a un nivel más bajo que cualquiera al que nos tuviera acostumbrados. Películas como ¡Vaya vacaciones! o Noche en el museo es lo que toca ahora. Y ya para terminar (ojalá para terminar) toca esta película. Otra comedia pestiño destinada a los socios menos exigentes del videoclub del barrio. Que una cosa es que estemos en verano y otra que tengamos el encefalograma plano.
En fin, por cumplir, además de a Williams con la sotana tenemos en el reparto a la también cantante Mandy Moore y a John Krasinski para formar la pareja que el curita en cuestión se supone que separará. A la primera le hemos visto en Porque lo digo yo y algún día la veremos en Southland Tales, cuando se dignen a estrenarla. A él le hemos visto en Vacaciones y en Dreamgirls.
El director Ken Kwapis ha hecho mucha televisión y algunos peliculones como Uno para todas. Del batallón de guionistas mejor ni hablo.
Pues eso, una película a evitar. Sin ningún interés.