Musical, palabra maldita no hace demasiados años, porque nadie se atrevía a coger por los cuernos un género difícil pero que a un gran sector del público seduce a primera vista, no me encuentro entre ellos.
Dreamgirls está siendo mencionada y mucho, y más allá de los Oscar, sino por su valentía y dinamismo, por su oferta de música como personaje directo, que no se escapa del film ni disimula con nada más, como Chicago.
Bill Condon, ganador del Oscar al mejor quión adaptado por la buena de "Dioses y monstruos", y autor de la gran "Kinsey", apunta maneras, o mejor dicho las tiene. Sabrá hacer el film, yo creo que sí, porque ha demostrado tener mano en distintas tipologías de película, porque es más valiente que osado, y porque se nutre del intrerés hacia películas algo distintas a lo habitual.
Jamie Foxx (Collateral o Ray entre otras), Beyoncé Knowles (Austin Powers miembro de oro o La pantera rosa entre otras) y Eddy Murphy (Dr Dolittle, Showtime o Superdetective en Hollywood entre otras) con sorpresa absoluta al parecer con buena actuación y todo, son los encargados de llevar a la pantalla la historia de las "The Dreamettes", un trío de cantantes que es lanzado tras ser descubiertas en un concurso de talentos, y que acabarán descubriendo el precio de la fama en manos de su mánager, inspirado en Berry Gordy, responsable de las carreras de "Jackson 5", "The temptations" o "Stevie Wonder".