El festival de cine de San Sebastián, cada año nos surte de una buena variedad de cine oriental. El año pasado la organización nos ofrecía una película (y un corto) de uno de los representantes de la sexta generación más opuestos al régimen chino, hablo de Jia Zhangke y su 24 City. Se trataba de cine barato, de corte combativo, consiguiendo medios a espaldas de la censura.
A modo de contraste este año podremos ver esta exitosa película china que podríamos catalogar de superproducción. Y aunque su director Lu Chuan, ha molestado a los sectores más reaccionarios, por no adherirse del todo al criterio del gobierno, no deja de ser un cineasta mucho más complaciente. Se podría decir que estas cuestiones políticas son ajenas al apartado puramente artístico, pero no es así. Si al contar parte importante de la historia de China, el director no resulta sincero, la película se resentirá. En cualquier caso, como decía, resulta interesante que podamos ver las dos caras del cine chino, la lucha sin dinero y la superproducción de éxito nacional e internacional.
Pero no hablamos simplemente una película de éxito comercial. La crítica ha valorado positivamente el trabajo de Chuan. Sin duda ha ayudado el blanco y negro crudo que ha decidido utilizar en esta película que narra un oscuro pasaje de la segunda guerra mundial en China. El director no esconde que La lista de Shindler ha influido en su trabajo. La belleza de sus imágenes, que contrasta con los horrores que cuenta, es otra de las grandes bazas.
En cualquier caso, una buena opción para acercarnos a este director que, con pocas películas a sus espaldas, se ha convertido en uno de los más importantes de su país, y de quién hasta ahora, no hemos tenido demasiadas posibilidades de ver sus trabajos por aquí. Espero que no se pliegue demasiado a la censura y que estas quejas de los más fundamentalistas no sean más que una maniobra de marketing para mejorar su aceptación en Occidente. Confiemos en una mentalidad moderadamente crítica. A nivel audiovisual, promete.