Crítica de la película La fuente de la vida (The Fountain) por Iñaki Ortiz

tan bella como la muerte


5/5
02/05/2007

Crítica de La fuente de la vida (The Fountain)
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película No entiendo a qué viene tanto revuelo. Gran parte de los críticos convencionales desplazados a Venecia, especialmente los españoles, volvieron echando pestes. Viendo eso, yo esperaba una gran paranoia metafísica del autor de Pi y al final no ha sido para tanto.

Está claro que la película es pretenciosa, si se quiere pedante. Está claro que las escenas en la burbuja dentro de la nebulosa son bastante atípicas, aunque en definitiva no es más que una forma de plasmar la reflexión de una manera muy gráfica. No es como para llevarse las manos a la cabeza.

No salgo de esta película entusiasmado porque el guión de Darren Aronofsky sea una locura desquiciante que vaya a convertirse en la nueva película de culto, y en este sentido mis expectativas quedan algo insatisfechas. Salgo entusiasmado porque, en definitiva, por muchos aspectos esta es una película bellísima. La fotografía de Matthew Libatique con sus colores fríos amenazados por intensas luces en tonos naranjas consiguen sumergirnos en la historia y sentirla tan claustrofóbica en la emboscada maya como en los pasillos de los laboratorios. La impecable banda sonora de Clint Mansell realza asombrosamente tanto los sentimientos de dolor como la poesía que se encuentra en el vello del árbol de la vida que parece erizarse al oír esa música.

También los dos protagonistas suponen una gran aportación. El cada vez más emergente Hugh Jackman está consiguiendo enlazar un buen número de trabajos interesantes y en todos ellos está dando la talla sobradamente. Rachel Weisz está estupenda en sus muy diferentes facetas dentro de la película. Además entre ambos hay una química apasionante que da lugar a escenas tan intensas como la de la bañera.

Todo un gran equipo, sí, pero al fin y al cabo lo que hace verdaderamente grande a esta película es la aportación de Aronofsky. Puede que su guión no fuera tan lejos, arriesgando tanto como esperaba, pero desde luego es una original reflexión sobre el sentido de la muerte. La historia de la reina, intercalada muy inteligentemente y presentada de comienzo sin explicación, supone una imaginativa y eficaz metáfora de la enfermedad de ella y de la búsqueda de él. Un búsqueda de remedios, al principio, y de respuestas hacia el final. No había visto una expresión gráfica tan clara del cáncer como la que hace el inquisidor al embadurnar de tinta el mapa.

La magia de la burbuja es impecable, una concepción visual que genera  las percepciones más emotivas. La imagen del árbol, así como la nebulosa. Sublime.

Una historia principal desgarradora, de impotencia y dolor, hacen de esta una película interesante en todos los sentidos. Dentro de metáforas y licencias nos encontramos con unos personajes verdaderos con un dolor sincero.

Los riesgos de la dirección son todos acertadísimos. La eliminación del sonido, el enfoque cabeza abajo del coche, intercalar la imagen del personaje rapado con la situación real. Se trata de un film milimétrico que invita a la revisión y que rebosa belleza por todos sus costados.

Un triunfo más de un director del que espero mucho. Para mí es su mejor película. Que siga subiendo.



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La fuente de la vida (The Fountain) en festivales: Festival de Venecia 2006 , Festival de Sitges 2006 , Festival de Cine de Tokyo 2006




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