Avatar ha sido exactamente lo que me esperaba. Por eso, tampoco pueda escribir una postcrítica muy armada, ya que lo único que podría hacer es casi repetir lo que ha escribí en la precrítica. Sea como fuere, sus largas dos horas y media me han dado para pensar lo siguiente.
En primer lugar, el 3D da para lo que da. No creo que vaya a ser la revolución que vaya a llevar el cine más allá, sino que se trata de un espectáculo estupendo del que disfrutar de vez en cuando. Avatar no supone una revolución cinematográfica porque seguramente no pueda serlo. Seguramente solo pueda ser un buen manual de recursos a la hora de utilizar el 3D. Desde el punto de vista del espectador, bienvenido sea todo lo que nos ayude a disfrutar del cine.
En segundo lugar, lo que más me ha sorprendido, mucho más que la profundidad de campo o las flechas acercándoseme a la cara, es la captura de movimiento de las caras de los personajes. Es ahí donde triunfa Avatar y da en los morros a películas como Beowulf. Y es que lo que en otras películas de animación nos parecen muñecos, aquí son auténticos personajes. Y todo ello gracias a la expresividad de la cara. Pixar nos ha regalado grandiosos paisajes en 3D y coloridos espectáculos visuales... pero no nos había dado ese realismo tan milimétrico a la hora de crear una raza alienígena. Me creo todos y cada uno de los muñecos 3D.
Aunque uno vaya prevenido, resulta inexplicable el poco interés que el propio James Cameron demuestra por la historia que cuenta. Se trata de un cliché tras otro (militar fascista, ejecutivo agresivo, héroe redimido, indígenas naturistas, bióloga apasionada, etc) que, además, se nos presenta como un cuento metafórico que se apoya levemente en la ciencia-ficción para hablarnos de la típica moralina ecologista. Es una pena que la película no decida pisar más fuerte y se tire hacia lo épico y fantástico olvidándose de la ciencia-ficción, o lo contrario. Personalmente echo de menos algunos de los juegos de ciencia-ficción típicos que tanto me gustan:reflexiones sobre la realidad y los sueños, sobre la disociación de cuerpo y mente, la Carne Nueva, etc. También me hubiera gustado una ambientación bastante más cruda y algo enferma. Pero entiendo que eso hubiera apartado a Cameron de su objetivo revientataquillas.
Por último decir que sí, que claro que el cine puede ser espectáculo puro y que no todo va a ser arte y ensayo. Que por supuesto que hay que dar la bienvenida a nuevas opciones que enriquezcan nuestras posibilidades de disfrutar del cine y que si con esto la industria se revitaliza un poco y sale de la supuesta crísis que ha apartado a la gente de los cines pues estupendo. Pero el cine con el que más disfruto es y será siempre aquel que, para contar una buena historia, se apoya en diferentes mecanismos cinematográficos... y no al revés. Avatar no es una película con una buena historia en la que se elige el 3D para poder contarla mejor. Es más, nada de lo que se está haciendo en 3D va por ese camino.
Confío en que esa película llegará y entonces sí podremos hablar de obra maestra...