Esta producción argentina tiene como alma y pasión un bar, sí, pero mucho más, los tangueros, el dueño al que se a de hacer un documental y el amor que surge entre dos personas desconocidas hasta entonces.
La película bebe de las fuentes del más puro sentimiento, tratando de transmitir mucho de ideas olvidadas, de conceptos en la persona que ya se ve resuelta a perderse en el egoísmo de alguna manera.
Parece que inquieta entre la realidad y la ficción por aquello de la trama del documental, no parece que esto le ayude a crear un gran espíritu cinematográfico, aunque sí lo que le importa, descubrir lo sagrado de un bar donde el vino y la música de siempre se entremezclan con dulzura.