Esta exageradísima intención de cine de galaxias, con un héroe tan inseguro que tiene que cuestionarse todo ante la cámara para convencer a un público en los momentos de descanso de acción, no tiene ni la entereza ni la normalidad de guión que muchas subproductos que al menos deben ser y han sido aceptados por los amantes del género, entre los que me incluyo.
Ese siniestro comienzo, no sigue las líneas maestras del suspense en el resto de minutos, por lo que esa trama tan liosa y sin demsiado empuje que trata de llevarnos hacia el misterio de Miranda provoca que la niñita peleona en cuestión, un neo reprobable, se limite a decir tonterías y llamar la atención cuando los viajes espaciales de una tripulación demasiado democrática nos permite descansar de aventuras sin fuerza.
Si el destrozo es evidente, encima tenemos que soportar chistes de innegale estupidez por parte de un capitán que muestra su ternura con un viejo pastor que ni pinta, ni corta, ni tiene nada que decir, por mucho que quieran recordarle más tarde. Muchas excusas y párrafos forzados como para encima permitirles más alardes de batallas a velocidad de la luz.
Que los villanos sean tan poco vislumbrados, puede deberse a la incapacidad para mostrar una historia cierta y seria, buscando enemigos de la nada, una Federación lenta y podrida, un canal de la mancha hacia Miranda sin necesidad de pasaporte y encima un misterio con efectos de sueño que se muestra tan sin interés como una manzana que cae lejos de lo urbano. La batalla provocada, una excusa más para llevarnos al enfrentamiento final en el que se desvelan problemas de nervios que yo también sufrí mientras veía la película, sonrojante.
Por último no me quiero olvidar del hombre que habla paseando con catana y que se muestra como el malo de los malos, inteligente, luchador, elegante, una explosión sin fuego que se me atraganta del todo, no me lo creo, y no está bien definido, son los momentos más cómicos de esta descarada forma de utilizar el cine para hacer realidad malas concepciones de la ciencia-ficción que aunque mala si es pura se traga mejor, hasta con algo de interés, hasta con entusiasmo.