El director de Un puente hacia Terabithia. que me decepcionó pero tenía sus cosas, se atreve a ofrecernos El secreto de la última luna, una película llena de fantasía para los más jóvenes, basada en la novela El pequeño caballo blanco. Coproducción entre Reino Unido, Francia e Hungría, trata de alumbrar un género y una edad de espectador muy concreta que esta vez puede que sí consiga el objetivo, entretener con cierta calidad directamente sobre un montaje mágico y digital.
Ahondar en la historia no tiene demasiada importancia, además de ser nuestra costumbre, pero con un secreto y con la última luna seguro que podemos dar cuenta de la aventura que nos propone. Una niña, Dakota Blue Richards es la encargada del protagonismo, ideal después de haberla visto en La brújula dorada. Fantasía, aventura, infancia sincera y maravillosa leyenda que dejará sin lugar a dudas a los pequeños seguidores desde la butaca boquiabiertos.
Su no demasiado alto presupuesto, sus actores medianamente no obligados por la fama, Tim Curry e Ioan Guffrufdd, y su tratamiento de la magia con agilidad la conforman con un producto cuanto menos, muy respetable dentro de sus intenciones de film juvenil.