Ritmo duro, implacable, frases y diálogos de adulto para niño, de niño para adulto, un tono amargamente dulce de Anderson para la humanidad, un regalo que no esconde las líneas maestras diferenciadoras de su autor.
Los encuadres y cuadros fotografiados, la ineptitud inevitablemente carnal, la sencillez de nuestros rasgos plasmados con delicia clásica al servicio de un espectador que ni siquiera añora o espera, sino que simplemente contempla y disfruta.
El mejor papel infantil es para Bruce Willis, y el mejor adulto para Jared Gilman, el superexplorador. Los actores de renombre participando en la inverosímil obra refuerzan el sentido burlón. Una maravilla.