Acabo de salir del cine, ni el incipiente frío de una tarde noche de invierno venida a menos en el rostro ha conseguido quitarme de la cabeza lo siguiente.
¿Acabo de terminar de ver una película que durante casi dos horas me ha dejado pegado a la butaca y que se cierra con un final explicado de viva voz por los dos protagonistas, flashbacks y hermanos gemelos?
En fin, no sé, ¿acabo de oír a Nolan diciéndome que lo que realmente le gusta al público es sentirse engañado?
Empezando por el comienzo.
La película arranca con una fuerza monstruosa: el plano de los sombreros de copa sobre la nieve y la voz en off (permanece atento) es sencillamente prodigiosa.
Después tenemos a Sir Michael Caine dándonos las claves de la película y de todo buen truco de magia: la presentación, la interpretación y el prestigio.
Ni qué decir tiene que Nolan borda las dos primeras y falla ESTREPITOSAMENTE en la última, en la clave...me ha puesto en bandeja mi baja nota.
A partir de esa presentación que me recuerda fugazmente a Orson Welles en F for fake, una película muy recomendable sobre el mundo de la magia y el cine, me embarco a ver una película que intuyo tendrá el aspecto de un puzzle con ese dulce regusto a segunda línea, a metacine, a juego dentro del juego, a postpostmodernismo.
Eso es lo que empieza por debajo, mientras por arriba tenemos una magnífica gestación de una rivalidad sin cuartel entre dos magos, siempre vistos por detrás, en busca del truco, del secreto, de la victoria y de la venganza.
Una narrativa que es milimétrica y que no deja de recordarme a Memento.
Todo funciona.
Incluso a Hugh Jackman, al que critiqué en Scoop me parece que demuestra lo buen actor que es. Christian Bale, como siempre, ambiguo, sibilino, con garra. ¿Quién es el bueno? ¿Quién es el malo? ¿Con quién nos quedamos?
Está claro que todos nos quedaríamos con Scarlett Johansson. Está espectacular en la faceta de distraer la atención del espectador. ¡Qué bien le quedan los corsés! ¡Qué gran escote luce! ¡Y qué mal ha elegido sus papeles en el 2006! Esta mujer o deja de hacer papeles de comparsa sexual y apuesta por convertirse en musa, o acabará mal. ¿Y Michael Caine? Perfecto, como siempre. Aunque del 2006 me quedo con su papel en Hijos de los hombres.
¿Por qué lo has hecho Nolan? Has fracasado en tu intento postpost, en tu lección de metacine y de juego dentro del juego. Y lo peor, ¡has recurrido a una resolución de flashbacks y de hermanos gemelos! ¡Qué pecado más mortal!
Y eso por no hablar de todas las casualidades que trufan la película. No existía ninguna máquina prodigiosa, pero el Gran Dantón acaba haciéndose con una. No sé, me llevaría páginas desentrañar todas las bienvenidas casualidades por los hermanos Nolan utilizadas para cerrar una película que promete mucho y te escupe en el ojo cuando debe rematar la faena.
Y lo peor de todo es que la mayor parte del truco se veía. Que el supuesto nuevo mago que se va a encargar de su hija era Dantón en realidad. Se ve demasiados minutos antes. Imperdonable.
En fin, tensión por los cuatro costados, emoción, sentimientos encontrados, y un final que lo tira todo por la borda.
Nolan, te has creído tu licencia de Golden Boy y te has pasado de la raya.