Una película basada en hechos reales que trata sobre una madre (y hasta aquí puedo leer) no pinta mejor que un telefilm de la tarde en antena 3. Si añadimos que es la primera película de la directora, Jane Anderson, que no es un telefilm, sumamos los términos y nos da un resultado inequívoco: alma de telefilm.
Anderson, además es también la guionista, porque sin duda es un proyecto de lo más personal. Adapta una novela de Terry Ryan. Como guionista sí que ha trabajado antes en cine, pero no en películas que sean precisamente esperanzadoras. Donde reside el amor y Te puede pasar a ti no son plato de mi gusto. Un punto más para afirmar sin remilgos: un dramón pastelazo sobre una supermadraza.
Inexplicablemente cuenta con un reparto interesante. Para empezar, tenemos a Julianne Moore, una gran actriz que alterna películas de la calidad de Hijos de los hombres con petardillos como Misteriosa obsesión. A su lado otro grande muy irregular, Woody Harrelson (No country for old men, El último Show), un actor que siempre ofrece carisma a sus personajes. También participa Laura Dern a quien podemos ver en la última pedrada de David Lynch Inland Empire o en Corazones solitarios.
Pero no nos engañemos, tener este reparto no va a salvar a una película que chirría por todos lados. Seguramente muchos y especialmente muchas la disfrutarán, quizá alguno se me queje en el foro por mi contundencia, pero este pastelón yo no me lo como. Quizá en la tele. Para quien guste.