Me ocurre algo extraño con esta película, por un lado me encanta su estilo, tan poético y difícil, su banda sonora crispada y de corte asiático, las demandas de los personajes aunque el protagonista no sea tan protagonista como pudiera pensarse en un principio, y sobre todo, que consigue eliminar ese rastro dudoso de las películas nacionales con trabajo y originalidad.
Pero por otro lado, aún siendo un producto verdaderamente elegante y digno de estar un escalón por encima de lo normal, me ha sabido a poco. La historia, no lo es tanto, en realidad no profundiza en el chaval ni en sus amigos, ni en la profesora, lo cuenta todo de manera fugaz, corta y sin alardes en detalles, convirtiéndola en un bonito ejercicio de imágenes, luces y quebradero de cabeza sano para el espectador, pero sin más carnaza que la que gasta, poca.
En conjunto, es una especie de experimento que en mi caso a funcionado, que ha conseguido llevarme a su terreno, a consegido evocar cuanto quería y ha logrado pertenecer a otra esfera, pero me hubiera gustado más, un poco más de profesora, de calma sin montaje, de entrar más hondo, y con esto no quiero decir que sea superficial. Va por buen camino este Antonio Banderas.