Con la historia de Miguel, un secuestrado que se despierta en un zulo sin saber muy bien por qué, esta película tiene muy buena pinta, porque obligada a mostrar detalles y la tensión propia de la situación, seguro que evoluciona hacia lo tremendo de la soledad del personaje. Si así lo hace, si entra de lleno en las carnes del secuestrado, seguro que es un gran film muy lejos del thriller psicológico en el que al parecer le han colocado.
Una advertencia, cuidado con los flashbacks.