He visto una buena película, muy buena, pero tan sólo es eso lo que he visto.
Kill Bill Vol. 2 es otra película. No es la segunda mitad de la misma, es otra. Se puede ver de manera independiente sin graves problemas, todo está muy explicado. Pero no considero que sea una continuación coherente del primer volumen. Siento que no he visto el desenlace. No he visto un enfrentamiento digno entre la Novia y Elle Driver, confiaba en que superara incluso al de O Rhen, pero se queda en nada. Y toda su furia (recordemos que le dijo a Vivica que carecía de piedad, perdón...) se queda apaciguada dejando viva a Elle, posiblemente su mayor enemiga. (Por cierto, yo si veo claro el tema de la aflicción, por no haber sido ella quien acabara con la que sin duda está por delante suyo en la lucha y en el corazón de Bill). Y desde luego, lo que no he visto es el que para mí era muy esperado broche final de enfrentamiento apoteósico con Bill.
Tiene unos diálogos muy interesantes (coincido con Beiger en los tres que ha destacado). Pero, no entiendo el sentido de dar profundidad a estos personajes. ¡Estamos hablando de un puto escuadrón letal entrenados en Oriente y que llevan katanas de Hatori Hanso! ¿De que profundidad estamos hablando? Profundidad a Elle, la del parche de la cruz roja, profundidad a Budd, el vaquero con katana... ¿qué me importa a mí si trabaja en un asqueroso bar haciendo de matón? Es un personaje sin sentido, que sólo cabe en una película sin sentido, y sin sentido veo el querer darle transcendencia.
Ahora bien, miremos la otra cara. Realmente, la escena de Budd hablando con su jefe me gustó. Simplemente porque me gusta ver y oir estas pequeñas escenas que hace Tarantino, con el jefe tachando el nombre de Budd en el calendario.
Coincido con Rómulo en que la banda sonora ha decaído. En primer lugar como música en sí (ya no se encuentran canciones reseñables, como los silbidos de Bernard Herrman o Green Hornet, o desde luego Santa esmeralda. Pero además, incorporadas dentro de la película no se adaptan como un guante a las imágenes como lo hacían en la primera parte. No hay un momento como el da la nieve con las palmadas de santa esmeralda. Y desde luego no hay un momento como en el que Hatori Hanso entrega la katana, y sube la música y cambia el capítulo.
Y esto último me lleva al pensamiento que tengo que cuanto más se ha moderado Tarantino en este volumen, más ha limitado su talento. No se ven escenas con la fuerza de la primera parte. Eso sí, me encanta el traveling hacia fuera de la capilla con los cuatro componentes del escuadrón entrando. Maravilloso.
Y lo peor de todo (y lo que verdaderamente me hace no dar la quinta estrella), coincido nuevamente con Rómulo al decir que hay momentos ¡aburridos!. Si, como dice mi compañero, esto no se puede admitir en el cine, yo añado que muchísimo menos se puede admitir en Kill Bill. Hasta el momento en que se encuentra con Bill iban cinco estrellas, a pesar de algún momento lento y de la decepción de Elle, pero todo ese asunto de la niña... me mató. Y vuelvo a lo de antes, querer aportar un drama serio a una situación tan de serie B, no lo veo lógico. Tú sólo mata a ese cabrón despiadado de Bill y llévate a tu hija. No se puede hacer ese tremendo parón hacia el final. Lento. Sin fuerza. Y para acabar se necesita algo más que esa escena de felicidad entre madre e hija.
Pero no os engañéis, la película me ha gustado. Su comienzo de cine negro y luego de suspense. Me ha encantado el encuentro entre la Mamba y Bill. Me ha encantado Bill, esa especie de protector y paciente cuenta cuentos (aunque sigo pensando que tenía más fuerza cuando sólo le veíamos el brazo, no ha salido mal la cosa). Carradine está estupendo, su imagen es perfecta (así me quito de la cabeza la maldita serie de Kung Fú e hijo). La instrucción de la Mamba maravillosa, con ese monje justo y necesario, que luego le da juego a Elle, por lo menos algo para Elle. La escena de la tumba (tanto antes de entrar como el salir) impagable. En esta película hay algo que no había en la otra: tensión, ayudada por la banda sonora y por la espera de lo inevitable.
Lo que está claro es que Kill Bill (1 y 2) no deja a nadie indiferente, y eso me gusta.
Espero impaciente la siguiente película de Tarantino, y espero que sea algo serio alejado de las parodias, pero habría estado bien que hubiera terminado lo que empezó.