Me da pena este film basado en Lovecraft, con lo que ello significa de terror poético o literario, no porque me parezca que existan malos mimbres, sino porque salvo una enorme campaña de marketing se va a quedar a las puertas de llegar a todos. Si los amantes del terror preferirán el último horror sangriento por norma, y los cabreados con el género ese de norma igual ni se molestan en intentarlo, solo quedamos los que nos animamos a todo, y posiblemente veamos un film con garantías, pero eso sí, eso no significa que sea moderno.
El mero hecho de meterse en la historia de adaptar a un tipo sin diálogos en sus historias de hace ya tiempo, puede dar pistas de que la evolución de los personajes, la forma en que se presenten y los momentos de tensión son distintos a los que normalmente se registran en los cines de estos últimos tiempos. Eso no la hace mala, sino especial, y especial en un registro en el que el espectador actual, y me refiero a los más jóvenes, no están acostumbrados a mirar la pantalla sino a verla con reflejos ópticos que nos llevan al espectáculo. En esta película lo importante no es la velocidad sino el conjunto que demuestra otro suspense relacionado con el misterio del miedo. Si no queremos participar de esa opción mejor no acercarse a la sala.
Sin embargo, si lo que pretendemos es acercarnos con respeto y ganas de comprender la propuesta, puede que nos llevemos una sorpresa muy seria. Dependiendo del ojo con que se mire puede resultar placentera y hasta llena de alivio, reposada en un concepto del cine pasado pero no por ello menor. Mi primera duda y la más importante es que no quiero que caiga en la teatralización de los personajes, de sus diálogos, aunque sí espero que quede teatralizado y marcado en un ambiente lovecraftiano total. Lovecraft no tenía el morir por morir, tenía el morir pensando y el aporte literario de su obra no se puede manejar como si de un evento comercial se tratara. La herencia Valdemar juega a esto y con todas las de la ley, otra cosa es que el público en general la secunde.
Daniele Liotti, italiano al que vimos en Juana la loca y Silvia Abascal (más recientemente en El amor se mueve o Enloquecidas) tendrán la fuerza dell drama en sus manos, y pienso que de manera ideal con ese poso de actuación sostenida que poseen. Acompaña el recientemente fallecido Paul Naschy, un todo en el terror del país que nos deja con el sabor de no haberlo conocido mejor, de no haberlo conocido a fondo, ni a él, ni a lo que aportó siempre al cine. Otros actores de renombre en un elenco genial Óscar Jaenada, Luis Zahera, Eusebio Poncela, Vanessa Suárez o Ana Risueño entre otros muchos.