Crítica de la película Dying Breed por Keichi

Terror en las antípodas


3/5
30/10/2008

Crítica de Dying Breed
por Keichi



Carátula de la película ¿Otro slasher bruto made in Australia? En efecto. Dying Breed, primer largometraje del director Jody Dwyer, es más de lo mismo. Lejos de ocultar sus intenciones, el film se presenta como una película de terror clásica en su desarrollo, por no decir que es previsible a más no poder. No falta una ligera base real, el grupo de protagonistas perdidos en el culo del mundo ni los desagradables nativos. Las sangrientas -y desternillantes- consecuencias también nos las conocemos de memoria. Aunque la excusa de trasladar la carnicería a un lugar exótico es completamente válida, lo cierto es que los espectadores empezamos a cansarnos de ver siempre lo mismo.

Dying Breed se publicita a través de los nombres de Nathan Phillips y Leigh Whannell. Al primero lo hemos visto en producciones como Serpientes en el avión o la también australiana Wolf Creek. El segundo ha aparecido en algunas entregas de franquicias como Saw -de la que también es uno de los creadores- o Matrix. La película ha traído aparejada cierta polémica después de que las autoridades del país obligaran a retirar uno de sus carteles promocionales por considerarlo demasiado sangriento. Por desgracia, da la impresión de que su metraje no va a ser demasiado excesivo. El film pasó por Tribeca sin pena ni gloria, como una película más de terror sin tregua, bien realizada pero sin mucho gancho. Ver, disfrutar y olvidar.




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