Esta semana se estrenaba Los ojos de
Julia, claro exponenete de ese terror comercial que se viene
haciendo como copias desdibujadas de Los Otros de Amenábar.
Un terror que funciona bien en taquilla aunque realmente parece que
llegara cine americano que por algún error se ha extraviado durante
más de treinta años. Cine convencional y sobre seguro, en todo
caso.
Sin embargo, hay un espacio en nuestro
país para el fantástico y terror que busca diferenciarse. Este tipo
de cine, muchas veces con menos presupuesto del que debiera, y que dado su
riesgo, puede dar en la diana o estamparse contra el suelo, no
resultan películas tibias como El orfanato o El laberinto
del Fauno. A veces acaban en grandes películas como Los
cronocrímenes, mientras que otras veces son despropósitos
como La hora fría. Eso sí, el mérito del riesgo no se lo
quita nadie.
Aquí tenemos una película pequeña,
sin demasiado nombre, más allá de la atractiva Manuela
Vallés. Lo malo es que en este caso, me temo que nos
encontramos ante una opción fallida. Con una premisa propia de un
reportaje alarmista del telediario de Antena 3, y con unas
pretensiones de estudio del terror muy por encima, creo, de sus
posibilidades, esto puede terminar en un título difícil de tragar.
El riesgo es así.
En todo caso, por mucho que esta no sea
una película con nombres de relumbrón, hay que decir que detrás
están los productores de Celda
211 y de películas de Alex de la Iglesia. Gente que sabe
lo que se hace, claro. Ahora bien, creo que esta no va a ser su gran
película.