Se confirma: el terror tailandés no existe, es terror japonés. Y el terror japonés ha muerto.
Supongo que ésta película le valdría al diretor para ganar dinero en su país de origen. Pero poco más. A mi no me vale con que se conozcan los resortes y tópicos básicos del género y a partir de ahí se construya, unavez más, la típica historia de espíritus que se quedan en cámaras de fotos, móviles o pollas en vinagre... aburrido, manido: muerto.
Las películas de terror japonés han muerto. Las hagas en hollywood, japón o tailandia. Da igual. Éste sería un maravilloso momento para que alguien haga una película paródica de éste tipo de cintas. Podría ser una auténtica obra maestra.