Tiene sus gags divertidos. Admito haberme reído en más de un momento, y a gusto. Tiene sus planos curiosos, como aquel en el que moviéndose hacia atrás termina en una cama vertical. Alguno otro.
Me desilusiona que no haya un supermercado con luz blanca y colores de cajas, etc. Veo uno con una pobre luz amarilla que no produce ni frío ni calor. Pero oye, es una elección. Veo a un actor protagonista que no me parece que dé demasiado la talla.
Pero sin duda lo que menos me gusta es que me cuenten la película. Esa voz en off que no calla y que muchas veces nos cuenta simplemente lo que estamos viendo me resulta muy molesta y cargante. No me gusta como está afrontada la relación con su ex. Claramente se opta por hacerla aparecer como chica desagradable (ya desde el primer plano) y eso hace que de ninguna manera pueda sentir el dolor de él. Sólo pienso: mejor para ti, de buena te has librado. Está claro que se hace así para poner en buen lugar a la cajera, a quien la cámara mima mucho. En mi opinión se le va la mano en esto. Por eso comentaba en mi crítica de “Clerks II” que lo que se hace tiene mérito.
Un humor a veces tonto y a veces ingenioso y casi siempre sorpresivo. Tiene mucha teta y mucho culo, filmados desde la experiencia de un fotógrafo de moda. Quizá demasiada carnaza, aun oye, nunca viene mal. Se puede decir que la película tiene su gracia, aunque sea un poco ingenua.