La película técnicamente es perfecta. La dirección de este hombre ya hace tiempo que hace que todo parezca fácil, como un juego. Está plagada de planos imposibles pero que tampoco se jactan de serlo, que se funden con la trama. Tensión como sólo él sabe darla, en un momento me ha parecido ver como Indiana recogía su látigo antes de que la puerta se cerrase. Y una de las cosas que más me gusta de Spielberg: cuando parece que necesita 10 planos él sólo utiliza uno, y cuando otro lo resolvería con un plano general, él emplea 7 de detalle. La posición de la cámara siempre enfatizando las emociones de la escena. Ha usado el zoom violento de los thillers políticos de los 70, como algunos otros trucos de la época. Y una vez más, se nos muestra como uno de los directores más ingeniosos de su tiempo. Sí, esa es la palabra, sus ideas son muy ingeniosas. En este sentido, y en el de la tensión podría adjudicársele la sucesión del maestro Hitchcock (en otros sentidos son amores distintos).
Una fotografía y una ambientación que nos sumergen en aquellos años. Unos juegos de mezcla de imágenes reales con ficción como no se habían visto antes y que ayudan a hacer que todo parezca tan real tan sólido. Una banda sonora del mejor Williams, no el de “Memorias de una geisha”, no, el Williams que es capaz de provocar una estupenda tensión con poco y que mantiene un ritmo inquietante.
Los actores están muy bien. Para empezar es una gran elección de casting, como siempre. Daniel Craig se adapta como un guante a su papel, no hay más que verle, con esa ropa tan setentera, y casi no hace falta que hable. Al igual que él el resto del equipo, cada uno perfecto en su papel. Eric Bana está estupendo y va de papelón en papelón.
¿Y el guión? El punto más polémico claro. ¿Es demasiado condescendiente con el pueblo israelí? Quizá no es todo lo crítico que podría ser pero considero que el guión es serio y no oculta nada. Lo que realmente más me interesa de este guión es una cuestión que salió en precríticas a raiz de la post de Hypnos de “El jardinero fiel”. Según él, si no recuerdo mal, la película fracasaba en cierta manera por que no terminaba de decantarse entre thriller político y crítica social. Creo que en ese sentido esta película le lleva mucha ventaja. Creo que toca los dos géneros sin perder nada de cada uno. La tensión está bien llevada, y el apartado ético no se resiente. Esto es algo que considero muy complicado y que se ha solucionado brillantemente. Un ejemplo puede ser la escena en la que los terroristas árabes que han compartido piso con ellos les descubren. Y como prueba de que el guión está muy bien: dos horas y tres cuartos que no se me han hecho largas en absoluto.
Sólo se me ocurren cosas buenas que decir sobre esta película.