Attack the block es insoportablemente increíble, es cierto, y viaja hacia unos lares de fantasía que hay que esforzarse para aceptar, sin embargo, su magnífica dirección y una banda sonora útil y grata para con la historia me obligan a levantarla. Como me sucede en ocasiones, gran parte de un film hace aguas pero otra es portentosa, y debo merecer esto en la medida de lo posible.
Desde Los goonies, pasando por Super 8, y ahora soltándonos un discurso sobre las peligrosas calles de los barrios sur de Londres, se nos presentan niños aburridos tratando de divertirse en aventuras, solo que en este caso son mafiosos de tomo y lomo, organizados y deliciosos, una locura que no hace reír ni mejora con el tiempo tratando de hacerse con la película.
Ahora bien, la dirección exquisita casi siempre, sobre todo la primera media hora, ha provocado que no abandonara el primer ímpetu y me quedara disfrutando a pesar de las idas y venidas de acción entre tontorrona y original. Los alienígenas no están sobre pasados, la ambientación en justamente inglesa, y los sobresaltos de un género por acuciar en la última parte los necesarios.
Con una banda sonora rompedora, no podía ser menos de los creadores de Scott Pilgrim contra el mundo, uno viaja por tanto agazapado en lo que le gusta y sin verse demasiado insultado por las tramas horrendas por mucha marihuana y niño jugando a mayor que se proponga. El final, escena horrible, un saber no acabar decepcionante.