Esta película española, cuenta con la simpatía de todos. La cabeza visible es Héctor Alterio, y su protagonista sin embargo, el malogrado Alzheimer, un principal que en este caso es retratado con candidez y ternura, con simpleza y con realismo, como es, duro e inspirador de impotencia. Y todo ello pensado para llegar en una historia de siempre, en un drama de siempre a las grandes pantallas.
De esas películas que no defraudan, quien alla querido entender el párrafo anterior sabe lo que va a ver y cuál es su tono, se mostrará caprichosa con sus escenas, colocadas con certerismo sentimental y además con un poco de interpretación pura y pomposa. Los abuelos y nietos siempre son enternecedores. Si además nos acercamos a la crueldad de la enfermedad, si además nos nutre de datos con los cuales hacernos a la idea de la fuerza de sus condiciones abrasivas pero invisibles, el film consigue un aplauso y una lágrima cómplice del espectador.
Después está el hecho de esperar una buena banda sonora, una realización memorable y hasta unos tonos de fotografía de mención, pues es hasta loable, pero tampoco nos pongamos en soñar con eso, quizás sin ser tan buena en aquello es buena en otros talentos aunque no la desmerezca. Por encima de todo, es un film, para sentir despacito y con calma, y las demás cosas si vienen bienvenidas serán.