Ya lo
han comentado algunos de mis compañeros, el asunto está más o menos claro,
pues tenemos todo a nuestro favor. Un material original sólido, el
de la primera película, un buen western, probablemente una película
más interesante de versionar que The Ladykillers.
Por otro lado, el buen hacer de Los
Coen, perfectamente
capacitados para rodar un western, aunque nunca lo hayan hecho de
forma tan clara. Y con ellos su equipo, el genial Roger
Deakins en la fotografía
y el delicado Carter
Burwell a los mandos de
la banda sonora (sin quien ya casi sería imposible reconocer a los
Coen). Si le sumamos un reparto con un grande como Jeff
Bridges, buenos actores
como Josh Brolin o Barry Pepper y ese Matt Damon que espero que funcione como secundario coen, no podemos tener sino
una buena película.
La
cuestión se va reduciendo a si la película es buena o es
excelente. Aunque creo que todo va a funcionar de maravilla, no
espero que emerja aquí el mejor cine de los Coen, a la altura de
Barton Fink,
Fargo o El
gran Lebowski. Quizá no alcance
del todo ese talento que sí se dejaba ver en la extraña Un
tipo serio. En cualquier caso,
una película para disfrutar a varios niveles.