La verdad es que a estas alturas, las aventuras de este personaje tan gracioso y querido por las masas del humor, no nos van a pillar de sorpresa. Si su anterior película resultaba medianamente divertida y de muy baja calidad, nos encontraremos ahora también con un producto débil que tratará de sacar el máximo partido de los momentos en los que se encuentre solo.
Porque lo complicado es crear un mundo a su alrededormedianamente decente, que responda a la realidad tratando de escapar de su estupidez con sigilo. Casi preferiría que mostrasen un capítulo en grande de sus peripecias sin mayor trama que su mera presencia. El resto ahoga la verdadera intención con un espectador que desea contento que las situaciones forzadas de guión pasen rápido en busca del verdadero y buen atrayente, el llamado Mr Bean.
Por su puesto Rowan Atkinson (Secretos de familia) será el responsable del personaje, como no podía ser de otra manera después de series tan emblemáticas como La víbora negra o Ley y desorden, dirigido por Steve Bendelack, trabajador indiscutible de series televisivas en el país inglés.