Precisamente la tolerancia es el talento que yo voy a demostrar con este film muy bueno, en su construcción de guión pensado para sorprender, entretener y manipular. Al fin y al cabo, el cine de Night Shyamalan (El bosque o La joven del agua por ejemplo), salvando las distancias de búsqueda de efectismo, o también siendo más detallista acercándome al cine de cuento de Guillermo del Toro (El laberinto del fauno) o Alejandro Amenábar (Mar adentro o Los otros), puedo definir las lentes de visión de un director del que se va a escuchar mucho. Escuchemos su nombre, Juan Antonio Bayona.
Tolerancia porque en todas estas películas de estos magos de la magia, al final hay que hacer un esfuerzo para creerse casualidades o detalles en los que ningún personaje cae menos el protagonista. No quiero hablar de escondrijos de cal que la policía no registra, ni de documentos de niño enfermo que están en las manos de una siniestra señora a la que luego se nos incita a ver en la fiesta del jardín. No quiero acercarme a esto, quiero ir al fin y a los medios, delirantes, sangrientos, buenos y nada compasivos con un espectador que la goza viendo ternura, miedo,sorpresa y magia.
No sólo no se conforma con la casualidad en forma de puntales de obra en un armario escondidos tras el aliento preocupado del espectador espectante, sino que dibuja alrededor un mundo de filigranas de tanto poder visual, acompañados de una magnífica Belén Rueda, que terminamos por ser nosotros mismos los inventores de una historia que nos creemos bajo el amparo de una cámara que ayuda a ello. Y esto es muy difícil de conseguir, me quito el sombrero.
Rellena el film de tal forma no sólo con el truco de la muerte no querida, sino también con videntes y psicofonías, con faros iluminados y juegos infantiles invisibles, que no se puede uno aburrir buscando la trama, el tiempo justo para verte el film y disfrutar, sin más apegos, ese es el ritmo, y muy bien conseguido. Un aplauso, y muchas ganas para una nueva versión de este talento que espero no sea pasajero.
Hasta no estar cerca de la muerte no pareces ser sensible a ciertos estímulos del más alla, dice Geraldine Chaplin en un momento del minutaje, con esta película pasa igual, hasta que no la ves, no te acuerdas de que se pueden conseguir films así de buenos.