Decía mi compañero William Munny que
Tom Cruise ya no vende. Puede ser cierto que no se encuentre
en su mejor momento pero creo que aún sigue teniendo cierto criterio
y, sobre todo, influencia, para ofrecernos un producto de
entretenimiento digno.
En este caso ha confiado en Christopher
McQuarrie. Es el típico guionista que en ocasiones contadas se
lanza a dirigir su propio guión. Esta es la segunda vez que lo hace.
Como guionista, su mayor éxito es Sospechosos habituales, que cuenta con uno de los giros finales más famosos de los 90. A Cruise le
gusta trabajar con quien ya conoce, en este caso, coincidieron en
Valkiria. Ha debido quedar contento con él porque, según
parece, se va a encargar del guión de Misión Imposible 5, y
se está hablando incluso de que también la dirija. McQuarrie es un
guionista sólido salvo algún resbalón como The Tourist.
Dicho todo esto, no espero más que una
película entretenida, de palomitas, para disfrutar con el viejo Tom
haciendo lo que mejor sabe hacer: demostrar toda su energía, carisma
y provocar tensión con su gesto angustiado. Ojo, que tenemos otra presencia interesantísima: el
veterano director alemán Wener Herzog en uno de los papeles
principales de la película. Sorprendente.
Para ver y olvidar.