Crítica de la película Quantum Of Solace por Beiger

La nueva saga de Bond es polémica. Existen muchas voces a favor y en contra de Daniel Craig y de la ausencia de muchos de los elementos que han caracterizado al personaje. Quizá lo más criticado es que las películas ahora sean acción pura, sin otros elementos como la intriga o la ciencia ficción.

A mí la nueva propuesta de Paul Haggis me interesa. Quizá no tanto como películas de James Bond sino como "estado del arte" en el cine de acción. Con todo esto lo que quiero dejar claro es que si ésta película me ha parecido bastante mala no es porque no acepte las nuevas reglas de ésta saga, sino precisamente porque creo que ésta película comete un pecado mortal (a parte de aburrir): traicionar sus propias reglas.

¿Reglas? Tras cinco películas en las que le hubiera venido muy bien poder volar en varios momentos, RD2D de repente vuelta en El ataque de los clones. ¿Es un problema que un robot vuele? No, es un problema que no lo haya hecho hasta la quinta película. Es una regla, y se ha traicionado. En esa misma película, Padme aparece fregando los platos (creo que sólo en la versión extendida). ¿Una película de Jedis donde alguien friega los platos? Ya sólo faltaba Anakin leyendo el periódico sentado en la taza del water.

Pero esto no es una postcrítica de El ataque de los clones. Centrándonos en el nuevo Bond, para mí existen una serie de reglas que aquí son traicionadas.

En primer lugar, el nuevo Bond es acción pura. Con lo que me sobran móviles imposibles capaces de geolocalizar a alguien sin puntos de referencia o sacar fotos con distancia y ángulos imposibles. También me sobran las tecnomesas táctiles sonrojantemente inútiles, pero como éstas no influyen en la trama ni permiten hacer trampa al guionista me importan menos. Estos elementos coquetean más con la ciencia-ficción más propia de Moonraker, o con los gadgets de Q que habían sido eliminados de la nueva saga.

En segundo lugar, éste James Bond tiene una trama realista. Nada de grandes supervillanos con planes imposibles. Aquí hay una trama creíble de lobby empresarial que protege sus intereses al margen de los estados. En este segundo punto el problema es múltiple. Por un lado ocurre lo mismo que con El caballero oscuro: a veces las cosas están justificadas porque "éste Bond es realista" y otras porque "eh, tío: es una película de James Bond". ¿En qué quedamos? Por otro lado, no se entiende nada de la investigación de Bond. Y eso que sólo hacía falta una trama sencilla que guiara las escenas de acción de forma amena. ¿Alguien puede decirme qué es Quantum of solace, qué relación tiene el epílogo con la película o qué información le da Mathieu Amalric a Bond para dejarle satisfecho y no sonsacársela a base de tortura? ¿¿?? Y en tercer lugar, las cartas ya están sobre la mesa de tal manera que Bond conoce al lobby y el lobby a Bond con lo qué: ¿qué les impide eliminarlo? ("eh, tío es una película de James Bond...").

Finalmente, éste James Bond se queda tan mínimal que empiezo a preguntarme si es James Bond, Jason Bourne o quién. Porque una cosa es desnudar a Bond, dejarlo en su esencia, y adaptarlo al 2008 (tanto a la realidad política como cinematográfica) y me gusta que le de igual si los martinis están mezclados o agitados... pero si lo sueltas en la mitad de un desierto sudamericano (alejado de la fría Europa)... ¿Qué queda de Bond? Algo habrá de tener que lo haga Bond, y en ésta película no se sabe muy bien lo que es.

Al comienzo de la crítica comentaba que me interesaba ésta saga como "estado del arte del cine de acción". Pero como esto también me decepciona. La primera escena y la última (de acción) me parecen brillantes. Me encantan. Pero, ¿qué pasa por el medio? Aburridas persecuciones en barcaza, avión, moto, tejados... se suceden de forma totalmente mecánica, sin emoción y sin alma...

Acción aburrida, trama liosa, un James Bond que sólo tiene de James Bond el nombre... un fiasco.