Se ha dicho todo sobre el cine coreano aquí, en Precríticas. Ya sabemos lo bien que hacen cine de imagen real, y como son capaces de hacer, por ejemplo, terror japonés, sin ser japonés claro está. Lo vimos como ejemplo, en Epitaph, que también se verá en la semana de terror de San Sebastián, como es el caso de la película de la que ahora hablamos. También está el cine de grandes monstruos en la ciudad, como The host.
Pues bien, no puede faltar el anime japonés… coreano. Pero cuidado, tampoco se puede decir que se dediquen a hacer copias baratas. Les dan su toque especial, quizá más informal, más tranquilo, con un aire nuevo y sobre todo, siempre con una calidad en la factura que está perfectamente a la altura de los “originales”.
En este caso, la animación pretende ser, más que detallista, espectacular y muy dinámica. Ganará en aventura y diversión aunque quedará atrás en su faceta más puramente artística respecto al referente japonés. En arte atrás, pero no en técnica, que seguro que será de lo mejorcito hoy día en animación en dos dimensiones.
Eso en cuanto a animación, pero también habrá diferencias en la forma de desarrollar el guión. Aquí se dará menos importancia a los temas habituales de la ciencia ficción en animación y se buscará un tono más humorístico, quizá se quede en algo demasiado adolescente, no lo sé. Un humor ligero y atrevido, para unos personajes más modernos, seguramente tan influenciados por sus precedentes japoneses como por Los Simpsons o South Park.
Además, un aliciente adicional para los cinéfilos serán los homenajes a películas como Indiana Jones en el templo maldito entre otras, que según parece están diseminados por toda la película. Seguramente no será un gran film pero confío en pasar un rato entretenido, divertirme un poco y asistir a un despliegue de espectáculo en 2D. Esperemos que la absoluta inexperiencia de su director y guionista, Jo Beom-Jin, no sean un impedimento.