La verdad absoluta es que no me atrae ni lo más mínimo esta reunión de talentos desperdigados, que se han juntado en un film menor y con una excusa como argumento, para venderse a ver qué se saca en taquilla. Dinero, mujeres de distintas edades y mucha risa alocada en busca de la felicidad rebelde, parecen la manera poco eficaz de este film de enfrentarse a un público que ya se conoce el rollo de pe a pa, y no va a pagar lo que no vale la película.
Aprovechar la imagen de una neurótica Diane Keaton (Porque lo digo yo), o la descomunal fuerza de la misma cara de siempre de Queen Latifah (Hairspray) junto a Katie Holmes (que será de aquella chiquilla de Dawson crece), desaparecida después de enganchar un buen marido, no es suficiente para engañarnos y hacernos acudir sin concesión a las salas. Espero la torpeza de gestualidad, la tensión sencilla de cualquier comediucha y encima minutos de gloria para las reinonas en la mayor, aunque igual exagero, gala de primeros planos de la historia para con las protagonistas.
Poco gancho, mucha histeria y exageración entorno al dinero y los sueños de felicidad de una sociedad que marca sus valores en otro lugar, no digo ni mejor ni peor, en otro lugar. Si encima tenemos esta diferencia, el film en Europa debería ser un recurso demasiado pobre para el habitual coleccionista de entradas.