Los creadores de Crank son unos tipos que se atreven con la acción total y punto. Esto es bueno cuando es original e interesante, cuando la trama lo necesita por muy exagerado que sea, el argumento de la mencionada película es el adecuado para hablar de adrenalina toda el metraje, pero en casos como Gamer, donde la excusa para meterse en harina sin sentido es una calabaza de tema, las cosas no funcionan igual y acaban siendo y conformando un ambiente de película mala.
En su día Tron, aquella película de Disney que tiene versión nueva, planteaba algo similar a lo que plantea este film de efectos y actores de pose, pero en aquel entonces la calma era lo importante, pensar, dominar, ser el capaz de salir de la encerrona de bits a base de divertimento novedoso, y no a base de acción espectacular, que no es lo mismo.
Gerard Butler, 300 o Postdata te quiero, la verdad es que no funciona demasiado de serio, así que habrá que hacer un esfuerzo añadido por no imaginarlo con barba y pintura alrededor de los abdominales mientras le vemos utilizando alguna enorme máquina de matar. Acompaña Michael C. Hall, sí, el de la serie de televisión Dexter, tan inconveniente para algunos papeles que seguro han acertado en ponerlo de malote maloso, seguro. Más de lo mismo, reclamos de actores con la taquilla como punto de mira. A mí no me dice nada, pero el que quiera acción sin sentido y un mundo sacado de la manga y resuelto con explicaciones futuristas pues adelante que va a triunfar.