Crítica de la película Solos por William Munny

Lo cierto es que este film es poca cosa. Sus comienzos de comedia de enredo a base de dos amigos desesperados pueden ser hasta tolerables, ya que hay que crear un climax donde sea posible juntarlos en pos de la gracia y la situación desesperada de dos abandonados, pero poco a poco, nos damos cuenta de que lo forzado del tema va por derroteros que no tienen demasiado sentido, sino es más que jugar con la idea de un juego de identidad sexual.

El juego sexual de ser cierto que es lo que interesaba, se podría haber jugado con más firmeza y no con tantos arrebatos e intentos de formalizar una pareja, que es evidente no es lo que se nos pretende hacer pensar que es. Mucho tiempo y demasiada evidencia así como frivolidad para llegar a una escena mala y poco intensa donde se supone que aclaran sus dudas, con pastillas mágicas de por medio (una gracia muy trillada), llegando a un punto ni interesante ni gracioso, una pequeña pérdida de tiempo, de buenas intenciones pero pérdida. De más a menos, sencilla y demasiado torpe, se pierde en sus postulados, sin entrar en ellos con paso firme. El final, por ejemplo es una excusa para terminar algo que no se sabe como ha empezado.