Come reza ama se coloca en la
sección oficial del festival de San Sebastián, afortunadamente
fuera de concurso, gracias al premio Donostia que recibirá quien antes
fuera la novia de américa, Julia Roberts, y que ahora no sé
sabe muy bien lo que es. No voy a entrar a comentar la injustificable
concesión al glamour que supone este premio.
Dirige la película Ryan Murphy (Recortes de mi vida), un tipo que se dedica a escribir
guiones para Glee, nada menos. Nos quiere ofrecer un recorrido por el
mundo interior del personaje de Julia, en lo que viene a ser un viaje
iniciático -un viaje físico real- que pretende ofrecer diferentes
filosofías de vida. Me temo que su planteamiento, pretencioso,
quedará en un tópico de turista, con toda la superficialidad que el
viajero occidental (especialmente el norteamericano) puede mostrar
ante la actitud espiritual de lugares como India, aun peor cuando quiere
abrir su mente y formar parte de ello.
¿Por qué Javier Bardem, un
actor con tanto criterio, se ha metido en esto? Tengo una teoría: ha
confundido esta película con Vicky Cristina Barcelona. Un
título con tres palabras yuxtapuestas, belleza femenina y tópicos
de turismo. La diferencia es que en aquella, los tópicos eran
voluntarios.
Es verdad que todo no tiene por qué
ser tan malo, es muy probable que esta sea una película de visionado
fácil, inofensiva, entretenida y correctamente dirigida. Lástima
que sus pretensiones de filosofía de galletita de la fortuna
pueden cargar demasiado. En definitiva, para señoras con rulos en la
américa profunda que nunca verán Bali con sus propios ojos.