Crítica de la película Silencio en la nieve por Olmo

Suelen decir que lo importante es hacerse fuerte en casa. Esta norma se puede aplicar para muchos ámbitos de nuestra vida cotidiana. El cine sin duda lo es. Por eso, que nuestra cartelera beba de un título made in spain siempre es grato. Enero puede ser un buen mes para estrenar. O no, según se mire. Pero tratándose de Silencio en la nieve que es la cinta que presento en esta precrítica podríamos decir que es la fecha idónea. Aprovechándo esta época del año, la nieve, el frío, la Alemania nazi y la Unión Soviética son los ingredientes que añadiríamos a cualquier sopa o caldo caliente tan apropiados en estas fechas tan duras de temperatura.

El termómetro de esta cinta es Gerardo Herrero, director de títulos como Territorio comanche, El corredor nocturno o El principio de Arquímides. Un director que ha filmado muchos minutos y al que no le hacemos ningún asco. Sus películas siempren llevan ese cargamento en especie humana y dinamitador social en forma de cine cómodo, sincero pero comercial. A su lado dos auténticos del cine español como Carmelo Gómez (Días contados, Secretos del corazón, La casa de mi padre) y Juan Diego Botto (Vete de mí, Roma) que no hacen sino incrementar el caracter a este film que de por sí lleva en su genética. El público femenino, más o menos joven agradecerá la presencia de estos dos deseados. Sí, yo también opino que son el anzuelo para calentar la película.

Sin embargo, me da en la nariz que se elevará muy poco en el rigor histórico, que tirara de la costumbre de hacer films en entornos difíciles y que ahí está todo lo que se puede dar, que es suficiente, sin llegar a exigirse demasiado por si la moscas. Fuerte carga emotiva pero una explosión suave de cine de acción, suspense y dramático. Rozando la herida sin meter el dedo en la misma. Cobarde no pero puede que poco atrevido.

No la descarten porque puede llenar minutos difíciles de rellenar en estos meses que tan desagradable se nos hace pasear y estar a cielo abierto. Difícilmente es de las que sacien. Si les gusta esta época, la nieve, los soviéticos, el suspense...pronto Ridley Scott adaptará al cine la novela de Tom Rob Smith, El niño 44. El espíritu y carácter de esa novela son la clave de una buena adaptación al cine. Mientras tanto, veamos que se hace aquí en casa, disfrutémosla, critiquémosla, aprovechémosla, mimémosla, seamos duros con ella pero sobretodo, agradezcamos los pasos que se dan en la buena dirección. Y ya tendremos tiempo de ver lo que hacen fuera. Lo dicho, hagámosnos fuertes.