Crítica de la película The Time That Remains por Hypnos

Se puede decir que el descubrimiento de Elia Suleiman se produjo en el Festival de Cine de Venecia, concretamente en 1996 cuando presentó su Cronichle of Disappearance, con la que ganó el premio Luigi Di Laurentiis. Pero donde ha crecido profesionalmente Suleiman ha sido en Cannes, siendo ésta su cuarta participación, si tenemos en cuenta que hace tres años formó parte del Jurado del Festival.

A pesar e su relativa juventud, por debajo de la cincuentena, Elia Suleiman se ha convertido en el director de cine palestino más reconocido mundialmente, siendo su film Intervención divina el más laureado y reconocido. Dentro de la corriente de cine palestino, se considera la obra de Suleiman como la del equilibrio entre el exilio y la Patria, así es definido el capítulo a su figura dedicado en el libro sobre el Cine Palestino escrito por Nurith Gertz y George Khleifi.

La particularidad del cine de Suleiman radica en el uso que hace del sentido del humor en sus películas, lo que ha llevado a parte de la crítica a encontrar paralelismos entre su manera de entender el cine y rodar con la que, por ejemplo, tenían maestros de la talla de Jacques Tati o el mismísimo Buster Keaton. De hecho, en cierta manera puede pensarse que esta manera de enfocar dramas, humedeciéndolos en humor para que se diluya su robustez, también se aprecia en la que quizá sea la gran película a nivel mediático de los últimos años en Palestina: Paradise Now.

Suleiman vuelve a la carga con una película que apunta y aspira a todo en el Festival de Cannes 2009, y que además tiene la peculiaridad de ser su vuelta al cine tras el inicio de la Segunda Intifada. Su autorizado punto de vista se merece todos mis respetos.