Crítica de la película The Master por Olmo

Regresa el maestro Paul Thomas Anderson (Pozos de ambición)con otra entrega de saber hacer y lecciones por, para y sobre la ciudadanía en general y estadounidense en particular. Otro capítulo de libro de historia viejo, arrugado y con moho del país del todo vale a cualquier precio y sea como sea: USA. Y es que por estas dos razones The master se coloca en el primer lugar de las preferidas y prioritarias para el primer fin de semana de otro año con cine bajo el brazo.

The Master derrocha el ingenio y el lenguaje propio de un director que sabe cómo hacer las cosas, la magia de nombres propios que sacan brillo de un guión Andersoniano o Thomasiano (según se prefiera) con talla y corazón de gigante y del abanico de premios que no le dejan de llover. A mencionar claro está Venecia o las nominaciones a los Globos de Oro. Y es que cuando huele a pólvora ha habido disparo. Agarraditos de la mano derecha de Joaquin Phoenix y de la izquierda de Philip Seymour Hoffman, valor seguro. Sin olvidar a una Amy Adams que empieza a entrar en el cuadrilátero de los buenos, veteranos y bestias tras su trabajo con Eastwood en Golpe de efecto o su aparición en The fighter.

De nuevo el escenario perfecto con dirección de calidad asegurada, otro pedazo de historia reciente del país de la incivilización, individuos con ausencia de moral y todas las sorpresas que aún nos llegarán durante el visionado. Hay ganas. Menuda manera de empezar el año. Se abre el telón.