¿Quién no ha quedado alguna vez con los amigos para echarse unas risas a costa de una cinta de terror de bajo presupuesto? En tal caso, es muy probable que alguna de las películas seleccionadas fuera del director que ahora nos ocupa. Frank Henenlotter es todo un clásico de la serie B contemporánea, siendo algunas de sus obras más emblemáticas la trilogía de Basket Case y Frankenhooker. Su trayectoria artística -por decir algo- se ha desarrollado por derroteros similares a las de directores como Lloyd Kaufman o el Peter Jackson de Mal gusto. Hace un cine gamberro y casposo que, como todo en este mundo, tiene sus seguidores. Incluso podríamos enmarcarlo dentro del trash. Lo cierto es que sus películas siempre van un poco más allá del exceso.
Tras años en el olvido y tal y como hiciera su colega de la Troma con Poultrygeist, Henenlotter regresa a la gran pantalla dispuesto a poner toda la carne en el asador. Su nueva película incluye el habitual gore, las no menos recurrentes escenas de sexo sucio y sobre todo mucho, mucho humor. Sobra decir que negro. Se llevarán la palma las monstruosas creaciones de Gabe Bartalos, todo un maestro de los efectos especiales al que vimos como realizador en Skinned Deep. También habrá cameos de algunas de las mejores estrellas del mundo del rap -amigos del director como Prince Paul- y la pornografía. ¿Hay que dar más datos? Su película será una locura en toda regla, pero tampoco hay que descartar ciertas lecturas. No es obra de un cualquiera.