El medidor de la salud del cine español no depende meramente de un festival o de la crítica internacional. Depende, en primer lugar de los que más cerca estamos de sus consumo habitual. Y un buen indicador es que el público medio se esté decantando por títulos nacionales tales como No habrá paz para los malvados antes que otras superproducciones extranjeras. Para mí eso es estar de enhorabuena. Tras su paso por el Zinemaldia, la cinta de Urbizu con Coronado a la cabeza fue una de la que mejores críticas recibió en el festival donostiarra por no decir la que mejor sabor de boca dejó entre el público y nuestros precríticos. Semanas después, nos llega Mientras duermes, de Jaume Balagueró. El director de Rec y Rec 2 o Los sin nombre aterriza en nuestra cartelera de la mano de una pareja fuera y dentro del rodaje (comentario sensacionalista, lo sé). Me refiero a Luis Tosar (Los lunes al sol, Celda 211) y Marta Etura (AzulOscuroCasiNegro, Eva). Confort interpretativo y seguridad por descontado.
Además de jugar en casa, Balagueró creo que tiene las cosas claras respecto a qué quiere ofrecernos. Terror pero del ligero, este que todos soportan. Además, suspense, del que te hace cosquillas y te mantiene, te sujeta. Toda en su conjunto tirando de cine negro suave pero afilado y thriller psicológico en definitiva. Muy buenas piezas que a priori encajan a la primera. Si con Coronado y sus malvados pudimos saborear y apretar casi el gatillo para hacer clicks y bangs, en esta ocasión siento el deber de poder sentir el aliento de Tosar, el miedo de Etura y resbalarme en un charco de sangre. Sin tregua pero con sentido común, sabiendo que Mientras duermes debe al espectador un lugar donde reposar.
LLegó la hora del cine español en otoño con la seguridad de que después de sus visionado, al margen de lo mejor o peor que lo hayas pasado, descansaremos, cada uno en su cama y con la sensación de estar seguros en nuestro colchón, porque para inseguridad la que hay mientras duermes, cuando más vulnerables somos.