Los guantes sobre el volante, el sintetizador asomando en la
banda sonora, las luces de la carretera, la tensión de la espera y la enorme
seguridad en sí mismo de un conductor que acaricia las curvas de la carretera. El
arranque de Drive es vibrante, elegante,
muy cool y nos regala una escena de carretera que no derrocha velocidad y
accidentes, sino que se para tras las sombras, aguarda los momentos clave. Impecable, el mejor suspense.
Lejos de las películasde coches de estilo actual, Nicolas Winding Refn se inspira en el
estilo del cine de los ochenta. Los créditos iniciales en rosa lo dejan claro.
Escapa así de efectos digitales de puro espectáculo y nos centra en un estilo
mucho más palpable, con golpes de verdad y máscaras de látex. Su excelente banda
sonora de resonancias sintéticas o la luz de neón que parece alumbrar gran
parte de la escena. Una especie de Collateral de textura más clásica. No duda
en usar la violencia, que se hace esperar para causar más impacto, y aprovecha
el estruendo de las armas sin reservas para crear unas excelentes escenas de
pura acción y violencia. Todo con calma, sin prisa.
Está claro que las escenas de carretera son las más
gratificantes, de hecho, el director consigue llevar muchos de los momentos sin
acción al interior del coche también. Pero el resto también tiene su propia personalidad.
Inesperadas ralentizaciones - como la imponente escena del ascensor, iluminaciones
interior así como el diseño artístico que evoca continuamente la cultura del
motor.
Interesante Ryan
Gosling contenido hasta el límite, cargado de silencios y sin piedad a
pesar de su buen fondo, al estilo de los héroes de los ochenta. Su actitud, su ropa, sus coches, son puro estilo.
Me he quedado con ganas de ver más acción sobre ruedas, que
está muy dosificada. Vista la primera escena y alguna otra, con ese rugir del
motor, esos movimientos bruscos pero enormemente precisos, esa caza, ese juego
de ajedrez sobre el asfalto... hubiera sido muy de agradecer un gran final apoteósico
de larga duración. Sin embargo, el director decide cerrar la película de un
modo mucho más modesto, aunque dejándonos eso sí, unas cuantas escenas
violentas.