No descubre nada nuevo. Sus dos pilares
básicos ya estaban construidos. La cámara dentro de la ficción y
los superhéroes como personas normales. Sobre el primer aspecto,
sentimientos encontrados. Por un lado, es vergonzoso el nivel de
justificación absurda para conseguir todo tipo de planos. La
grabación constante del protagonista, el contraplano con la
forzadísima inclusión de la bloguera y ya para colmo el truco de la
telequinesia con la cámara, con lo que cualquier tipo de plano vale.
En el lado positivo, la trabajada integración de efectos especiales
en el vídeo casero luce muchísimo por su contraste, a pesar de que
es una constante en la segunda mitad de la película no deja de
sorprender. Por otra parte, aunque sea abusar un poco usar la
telequinesia con la cámara, se consigue un plano audaz: en picado,
nos alejamos del personaje hacia arriba, el clásico concepto solemne
de distancia y soledad, aquí tiene un significado adicional de
primer nivel, que el personaje puede mover objetos con la mente, a
pesar de que visualmente en el plano no hay ningún efecto. Muy buena
idea.
En cuanto a la historia, la conocemos,
sabemos como van a divergir la actitud de los dos protagonistas, sus
poderes, sus motivaciones... todo. Pero aún siendo el abecé de
cualquier historia seria de orígenes de superpoderes, la verdad es
que tiene calidad y mantiene el interés. Ayuda su cortísima
duración, claro, pero también que no se pierda en sandeces que vaya
directa al grano, apoyándose a veces en las elipsis propias de este
tipo de narración a través de grabaciones cortadas. Crece en el
sentido adecuado, parte de unos personajes normales bien construidos
(algo tópicos si se quiere) y no sabemos hasta qué nivel puede
llegar, para terminar en un espectáculo de superpoderes a la altura
de cualquier entrega de X-Men. Rematado con un final del clímax que
es todo un guiño al deus ex machina.
En cuanto al epílogo, tan
característico de películas de orígenes, sólo quiero decir que
espero que no haya una secuela, aunque me temo que terminaremos
teniéndola. La historia debería acabar aquí.