Shyamalan es el rey de los argumentos inverosímiles, y, ciertamente, en esta ocasión se puede decir que ha rizado el rizo.Empezaré por enumerar aquello que me ha gustado y que considero lo más positivo de la película.En primer lugar, los actores. Paul Giamatti está, sencillamente, asombroso. Bryce Dallas Howard está en su punto, hipnótica, de fábula, o, mejor dicho, de cuento. Al igual que el secundario Bob Balaban, ¡qué maravilla de personaje!En segundo lugar, el Shyamalan guionista. Este punto es el más complejo. En mi precrítica me hacía eco de lo bueno que es el director de origen hindú creando cine, y lo limitado que me resulta escribiendo guiones. Pero en esta película nos sorprende a través de una evolución postmodernista de sus guiones.Me explico. No hay, en esencia, nada nuevo en este guión que no hubiésemos visto en los anteriores, pero lo novedoso del libreto es su tratamiento, la manera en que crea metacine de su propio cine. Viendo esta película nos acordamos de todas sus películas previas.Desde el primer momento decide contarnos la historia, cercenar cualquier tipo de situación de tensión. Nos dice que va a aparecer una sirena en esa piscina, y que va a ser perseguida por unas criaturas que quieren matarla. Este procedimiento es exactamente el mismo que utilizó en "El bosque", cuando nos relata que el monstruo no existe y luego juega con nosotros haciéndonos creer que quizá sí que existan.Toda la película está trufada de detalles de guión absolutamente insultantes, tanto que cualquiera que ha visto sus películas pensaría que las mariposas, los crucigramas y el grupo de fumetas del piso tendrían una gran importancia en la historia. De tal manera que cuando Story dice que hay que buscar a la curadora, al intérprete y al gremio, sabremos antes de que nos digan que el director ha sido muy torpe al ponernos esas señales.Si en "Señales" nos desvela esto al final, como plato fuerte, aquí lo utiliza para jugar con el espectador, y para, y aquí es donde la cuestión raya la maestría, criticar a sus críticos.Absolutamente impagable la escena en la que Paul Giamatti visita al crítico y le explica los rudimentos del cine, de su cine, ese personaje que entra en el apartamento (universo Shyamalan) creyendo que lo sabe todo, y que se equivoca.Porque Shyamalan siempre guarda sorpresas ("El sexto sentido"), y las mariposas las trajo el propio Cleveland, y no era el padre que hacía crucigramas, sino su hijo; y hay un plano en el que las chicas se lanzan a la piscina cogidas de la mano...Y, por último, las referencias a "El protegido" son evidentes por la historia y argumento en sí.En definitiva, Shyamalan ha cogido todos los mecanismos de su cine y los ha remixeado (de ahí su postmodernismo) para reflexionar desde ellos y con ellos. Genial.Entonces, ¿dónde ha perdido la quinta estrella?Precisamente donde nunca creí que la perdería: en la dirección.Lo malo de ver esta peli de Shyamalan era que iba pensando en volver a ver un recital de dirección, y me lo he encontrado de guión, y una dirección que apoyaba, pero sin la brillantez y tensión a la que me tenía acostumbrado durante toda su filmografía.Y, por último, un tufo excesivo a moralina (lógica, esto es un cuento), pero que ya advertía en el final de "Señales" y se podía forzar en "El bosque". Algunos de los parlamentos de los actores suenan a discurso religioso, y eso me ha puesto nervioso en algunas ocasiones.Con todo, un film con mucha miga que seguro que tendrá detractores por doquier. Nada nuevo hay aquí, sino Shyamalan a la enésima potencia. En fin, no os agobiéis, esto es un cuento, o lo tomas o lo dejas.