La historia de España está llena de
páginas negras y no deberíamos olvidarlas. Eso no quiere decir que
el simple hecho de poner en imágenes unos sucesos terribles hagan de
esta una buena película. Es desgarradora sí, pero no se me ocurre
de qué manera se podrían relatar unos hechos como estos sin que lo
fueran. Y no porque sea esta una historia especial, esa cárcel está
llena de otras historias, y los cuarteles de otras torturas, y las
cunetas de hijos y hermanos de personas desoladas. No basta con
contarlo, hay que contarlo bien. Y más cuando ya ha habido antes de
esta docenas de películas sobre el tema.
De entrada, la película no puede ser
más maniquea, con los malvados y oscuros fachas y los mártires y
románticos comunistas. Me gustaría creer que somos suficientemente
maduros como para ser conscientes del horror de esas cárceles y del
espanto social sin necesidad de pintar unos buenos y unos malos de
esta manera tan burda. Quizá Benito Zambrano no confía tanto
en el espectador, o puede que su visión del mundo sea así, en
blancos y negros. Cuando nos presenta a la señora de la casa donde
trabaja la protagonista, interpretada por la villana oficial del cine
español, Miryam Gallego, nos prepara con las palabras previas
del marido, ya esperamos una santurrona facha, pero quizá no es
suficiente. El director cree conveniente que el primer plano del
personaje sea pintando un cuadro de chicos con camisas azules con el
brazo en alto - presumiblemente sus hermanos. Llega a ser cómico.
Zambrano se regodea en el drama.
Agonizamos en una muerte lenta, para sufrir el drama de cada segundo,
algo al estilo Mel Gibson pero sin gore. Cada lágrima, cada
separación, cada golpe. En lo que ya es una historia de por sí
terrible, parece necesario saborear cada desgracia. Para eso no
necesitamos el arte, sólo un cronista. Creo firmemente que el cine
puede servir para mejorar nuestra sociedad, para concienciar, para
abrir mentes, para dar a conocer verdades escondidas, para que veamos
otros puntos de vista... para muchas cosas. Sinceramente, no veo que esta película aporte nada positivo. Al menos un tributo a las
víctimas, pero ni como tal resulta satisfactorio.