Crítica de la película El Baile de la Victoria por Iñaki Ortiz

Los nombres asociados a este proyecto son más que prometedores.

Antonio Skármeta, escritor chileno de considerable prestigio (traduciendo a cine, hablemos de El cartero y Pablo Neruda) se hizo con el premio planeta, entre otros reconocimientos, por su novela, El baile de la Victoria. La película tenía que llegar.

Fernando Trueba será el encargado de llevarla al cine, coescribiéndola con el propio Skármeta y con su hijo Jonás Trueba, a quien introduce así en el negocio familiar. A mi modo de ver, es una pena que uno de los principales directores españoles, con títulos tan afinados como Belle Epoque o La niña de tus ojos, estuviera invirtiendo su tiempo en rodar videoclips o documentales musicales, con todo mi respeto hacia esos trabajos. Tenerlo de vuelta es una noticia excelente que por si sola hace de esta una película que no nos podemos perder. Seguramente la adaptación será poco atrevida pues el texto se prestará, casi tal y como está, al lenguaje cinematográfico.

Ricardo Darín hace doblete en la sección oficial del festival de San Sebastián, con esta película y la de Campanella, El secreto de sus ojos. Un actor sólido aunque quizá no demasiado versátil, pero que estará bien en este papel.

Ariadna Gil, actriz fetiche del director que siempre funciona, será otro de los nombres clave dentro de un reparto ya menos conocido y menos experimentado.

Con estos cuatro nombres y con un material de primera seguramente nos encontraremos ante una de las mejores películas de la sección oficial de este año en San Sebastián, aunque hay que recordar que participa fuera de concurso. Sin duda una película para todos los públicos, en el mejor sentido del término.