Crítica de la película Tetro por Iñaki Ortiz

La edición de este año del festival de Cannes es una enorme competición de egos. A los de Tarantino, Von Trier, Haneke y otros en la sección oficial se une el de Francis Ford Coppola en La quincena de los realizadores. Es uno de los mejores directores de la historia del cine y, me gustaría decir, que su nueva película es esperadísima, pero desgraciadamente no es así.

El director de El padrino y Apocalypse Now, tocó fondo en los noventa, con películas vulgares, Jack y Legítima defensa. Vulgar era un apelativo demasiado cruel para un creador de la importancia e influencia de Coppola. Quizá por eso pasaron diez años hasta que volvió a la dirección, y quizá también por eso mismo, su retorno fue mucho más atrevido, más experimental, Youth without youth que ni siquiera hemos podido verla en salas comerciales. En la misma línea personal, auque quizá menos experimental, se podrá ver hoy mismo en Cannes su última película, Tetro. Veremos si después podemos disfrutarla por aquí.

Posiblemente sí, gracias a que su protagonista es la española Maribel Verdú. También veremos a Carmen Maura. La elección de estas actrices españolas y la de su protagonista, el muy underground Vincent Gallo, nos deja claro el tipo de proyecto con el que estamos tratando. Alejado de los Robin Williams o Matt Damon del pasado. Si el director conserva aún su talento, veremos una historia pequeña, de personas, como sus primeros trabajos en la linea de Llueve sobre mi corazón, alejado de sus proyectos megalómanos. Veremos si es capaz de dejar a un lado su rabia contra la industria, o si es capaz de canalizarla incluso, para hacer una buena pequeña película. Siempre seguirá siendo Coppola. Lo que no podemos esperar es que ruede la película más influyente de la década.