Crítica de la película The yellow sea por Iñaki Ortiz

Sorprende como algunas maneras del cine latinoamericano están siendo asimiladas por algunos directores orientales, a priori de mundos casi incompatibles. Toda la primera parte de la película, la que nos cuenta la clásica premisa noir del perdedor endeudado que se ve llevado al límite, podría estar rodada por el mismísimo Iñarritu. Cámara inquieta, suciedad, un ambiente muy orgánico, que casi se puede oler, barriadas, realismo, perros ladrando y exhalando su aliento sobre un suelo sucio. A medida que avanza la película, y sin que vaya en detrimento de esta estética, la película va tomando rasgos más claramente orientales, como las peleas de uno contra muchos, milimétricos travelings, y un montaje muy brioso. Y por supuesto, el gore sin complejos. En definitiva, el resultado está en un punto intermedio entre Oldboy y Amores perros. Es sucia pero también es cruel y afilada, como un machete oxidado lleno de sangre.

Contrasta con esta mixtura estética, un guión de lo más convencional. Por un lado, la premisa que como decía es el abecé del noir, ideada casi de carrerilla, que poco a poco va evolucionando en una enredada trama a varias bandas, al modo del cine policiaco hongkonés. El problema es que en definitiva, importa bien poco quién traiciona a quién o los negocios que hacen unos y otros, pues realmente no afectan al desarrollo dramático de ninguna manera. A mi modo de ver, sólo es ruido que diluye la cuestión principal: el futuro de nuestro héroe. Creo que es un error apoyar la película, especialmente en la recta final, en el simple esclarecimiento de un nudo de acontecimientos, subrayando demasido algunos momentos de revelación. La película se alarga, cae en lugares comunes y enfoca su mirada en el lugar equivocado.

Por otro lado, hay que reconocer que las secuencias de acción son emocionantes y están rodadas con muy buena mano. Además, se consigue un nivel de tensión que resulta agotadora. El personaje del villano tiene mucha fuerza, es divertido y siniestro, un gran elemento en la película. Luces y sombras para una película que si bien se ve lastrada por su guión, sale a flote con muchos otros recursos.