Crítica de la película No por William Munny

Como en un suspiro rápido pero con pausas y meditaciones Pablo Larraín, al estilo, pero más estilizado, de Tony Manero o Post Mortem, con una cámara espía que espera y un diálogo certero de información, logra una película fluida y ágil.

Los asuntos políticos no son los más solicitados en las colas de las megasalas multisalas de cine, pero es un hecho que el séptimo arte siempre se ha hecho cargo de él, en formato de denuncia o de propaganda, así que la tradición continúa, o al menos lo hace con hechos ya acaecidos, parece que no tanto con los hechos que suceden ahora mismo, usando más el documental.

El plebiscito de Chile, conocido desde las entrañas, sin complicarnos con profundidades políticas del lado del no y con una fotografía moral y situacional del momento del país verosímil, alcanza el equilibrio emocional del espectador con un personaje central, René, que es responsable y sacerdote de la campaña, de la película, y de nosotros, a su favor, en apoyo a un mundo intermedio que no conocemos pero que la película nos hace entender.

Pablo Larraín es capaz de todo, pero probablemente no tanto de traicionar su pureza de intenciones y método de fotografiado. Alfredo Castro es su hombre, con esos matices eternos, esos rostros ambiguos y esa fuerza interna proyectada en la gran pantalla. Auguro nuevos films correctos y redondos, pero eso sí, con temáticas que no alimenten a todos.

PD: Gael García Bernal en lo suyo, creíble, sincero, atrayente...lo que se dice un actor puro