Crítica de la película Rocky Balboa por Romulo

Un pequeño gran triunfo


3/5
24/01/2007

Crítica de Rocky Balboa
por Romulo



Carátula de la película Una sonrisa complaciente, una continua sensación de agrado, eso es lo que acompaña a uno mientras duran las dos horitas de Rocky Balboa. Se deja ver la mar de bien esta sexta película del púgil que, en verdad, podría formar un díptico con la primera, y olvidar así la morralla intermedia. Un díptico con un gran espacio de separación entre sus dos partes. Primero, el don nadie que acaba siendo campeón del mundo. Luego, el campeón del mundo que ahora es un padretón ya talludito, una vieja gloria olvidada que quiere demostrar que, pese a su edad, sigue siendo igual de válido.

En su apelación al lado emocional del espectador, a pesar del enfoque diferente que los años implican, Rocky Balboa sigue exactamente el mismo camino que su predecesora. Te anima a ponerte del lado del superviviente, del corajudo, del que lleva la palabra campeón escrita en sangre y en sudor en su mente, le digan lo que le digan los demás.

No es nada nuevo Rocky Balboa, de hecho es una pequeñez. Pero es una pequeñez agradable, simpática y, sobre todo, muy nostálgica e incluso emotiva. Y una película como esta, para alguien como Sylvester Stallone, es todo un gran triunfo. Es su demostración ante el mundo (y ante sí mismo) de que todavía sirve para algo, que no está acabado, que él sigue estando ahí, dentro de la industria a la que tanto dinero dio en su momento, precisamente llegando desde la nada. No hay que ser muy avispado, la verdad, para ver que esta película es Stallone.

Por lo demás, la película mantiene sus temas musicales e incluso recupera el viejo sistema: La oportunidad. El apoyo de los seres queridos. Los sucesivos entrenamientos, en imágenes que se encadenan al son de la famosísima fanfarria. Rocky con los brazos en alto. La noche del combate.

Un combate, por cierto, que no será recordado como uno de los más brillantes de la historia del Cine (en este género, no se ha vuelto a repetir lo que ya se hizo en 1980 con Toro salvaje; un alarde técnico y artístico sin precedentes) pero, qué narices, no lo niego: me parece un acierto el rollo TV que Stallone le da a la pelea, con sus narradores, su infografía, sus clásicos planos de combate televisado... Muy bien. Sabe caminar veloz por los rounds intermedios para llegar a lo grande al último. Y tiene la elegancia de ganar sin ganar.

En definitiva, es una película que ya habíamos visto, para que nos vamos a engañar, pero ha sido agradable recordarlo. Eso sí, ojalá alguien convenciese al amigo Stallone de que Rambo ya no es necesario. No. Por favor. ¡A ver si alguien está aun a tiempo de persuadirle!




comments powered by Disqus




Más críticas de Rocky Balboa

Ver la precrítica
Desarrollado por Dinamo Webs
Creative Commons
Publicado bajo licencia
de Creative Commons